sábado, 4 de agosto de 2012

La fiesta de "Les Piragües"

Me había tomado unas vacaciones en el blog para poder disfrutar las que a los maestros aún nos proporcionan, por el miedo a que algún año de estos no las tengamos... Pero he decidido interrumpirlas para que todos podáis conocer lo que ha pasado este fin de semana en mi pueblo.

Cada primer sábado de agosto (a partir del día 2) se celebra en Ribadesella la fiesta deportiva más importante del año: el Descenso Internacional del Sella. La villa riosellana cambia completamente su decorado para recibir a miles de campistas que llegan con la única intención de pasarlo bien.

Inicios del Descenso
Este año se celebró la 76ª edición del descenso, la tradición se remonta a 1929 ya que entre medias, durante la Guerra Civil la competición se detuvo. En aquel año Dionisio de La Huerta, con una piragua plegable y flotadores, comenzó el descenso con un grupo de amigos sin llegar a pensar que aquella anécdota iba a llegar a convertirse en una prueba a nivel internacional. Pero no fue hasta 1932 cuando se fijó el recorrido definitivo entre Arriondas y Ribadesella. Durante esos años eran pocos los palistas que participaban en la prueba, no llegando a la veintena.
Hoy en día en cambio, son 1.400 los participantes, no pudiendo aumentar el número ya que no hay espacio físico para más palistas.




Hace unos años se acampaba en la playa

Pero la fiesta de "Les Piragües" es mucho más que eso, es "la semana de piraguas". En Ribadesella los campistas comienzan a llegar a la villa el miércoles previo al descenso. Invaden las zonas de acampada habilitadas con tiendas de campaña y sobre todo bolsas llenas de comida y bebida (bebida más que nada), ya que la sidra riega toda la fiesta.

El jueves se celebra en la plaza de Ribadesella una verbena que comenzó siendo para la gente del pueblo pero ya se convirtió en un precedente de la fiesta sin igual. Aunque la fiesta como tal comienza el viernes. 

Ambiente en las calles

Los bares sacan las barras a fuera ya que sino sería imposible estar en ninguno y las calles se llenan de gente, tanta que es imposible casi caminar. Es importante venir con la indumentaria correcta: ropa "vieja" y playeros (zapatillas deportivas); y llegar cargado de "buen rollo" pues es una fiesta para conocer gente, bailar y disfrutar. El ambiente que se vive es difícilmente controlable e indescriptible. Hay que estar dentro para sentirlo.


El tren fluvial

Aquellos que aguantan toda la noche, por la mañana enlazan con el traslado a Arriondas. Hay distintos medios para ello: motos, bicis, carrozas...y el típico tren fluvial y una única indumentaria: chaleco, montera picona y collar de piraguas. Sea cual sea el medio elegido, la gente empieza a llegar a Arriondas a partir de las diez de la mañana para continuar con la fiesta. Charangas, tritones, gaiteros y reyes junto con el resto de gente, empiezan a recorrer las calles en un ambiente festivo imposible de describir hasta llegar al puente, donde se da la salida a la prueba.

Cada año un pregonero distinto se encarga de proclamar las famosas y emotivas letras que Dionisio de La Huerta, fundador de la prueba, dejó escritas para dar comienzo al descenso y que dicen así:


Guarde el público silencio(bis)
y escuche nuestra palabra (bis)
De orden de Don Pelayo
después de medir las aguas,
presidiendo el dios Neptuno
los actos de esta olimpiada,
con las novias, los tritones,
el cañón, los centauros y Pialla,
nuevamente se autoriza, en Arriondas la salida,
y la meta Riosellana.
Y cuando demos los vivas
que el reglamento nos manda,
contesten todos a coro,
enronquezcan las gargantas,
que es fiesta de toda Asturias
la fiesta de las piraguas.
Mas si alguno tiene cerca,
una chavalina guapa,
que no la pierda de vista
ni deje de vigilarla;
y, si de veras le gusta,
comience ya a enamorarla,
porque es tradición que en Llovio,
al final de esta jornada,
cuando de las siete en punto
resuenen las campanadas,
a las mozas que lo quieran y se dejen,
Don Pelayo da permiso
para poder abrazarlas.
Y si luego, andando el tiempo,
vamos al cura y nos casa,
con los neños que tengamos
vendremos a las Piraguas
con los collares de flores
y las monteras terciadas,
que no hay fiesta más alegre,
ni más movida y galana,
ni con más bello paisaje,
ni esencia más asturiana.
Cantadlo con toda el alma,
que resuene en todo el valle,
¡Asturias Patria Querida!
el himno de las Piraguas.




Salida en Arriondas
Es entonces cuando, tras cantar miles de personas el "Asturias Patria Querida" que resulta más que emocionante, se produce la salida de los palistas que después de una hora y poco llegarán a Ribadesella, donde está la meta de la prueba y el podiumm donde se proclaman a los campeones.

Parte de la gente, sobre todo gente de la zona, se dirige después a los Campos de Oba para comer allí, algunos de bocadillo y otros a lo grande con fabada y arroz con leche, y se entregan premios a las distintas categorías participantes.

Tras esto, la fiesta continúa en Ribadesella, donde sigue llegando gente que ya tienen que acampar donde buenamente pueden y buscarse la vida de la mejor forma posible.

El domingo llega el fin de fiesta, retirada de tiendas, atascos, malos olores y calles muy sucias...los que vivimos aquí sabemos bien que lo mejor que puede pasar ese día es que llueva. Eso sí, todo aquel que viene a esta fiesta...repite. Por algo será. 

Viva la fiesta de las piraguas.


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